domingo, 15 de septiembre de 2013

El Embrutecimiento Global y el Vaticano. Prólogo.



P  R  O  L  O  G  O

El calentamiento global será un mito, pero el embrutecimiento global es la realidad más cierta.

Y comprobable.

Hablar de embrutecimiento global parece no solo de mal gusto, sino hasta ofensivo. Pareciera que la etiqueta le quedara al audaz escritor mejor que a nadie. Sin embargo el autor dio con las pruebas, y no fue de manera accidental. Y cuando se tiene razón y las pruebas no se debe ni callar ni atenuar nada. Se debe seguir hasta el fin el hilo de la investigación, se debe hacer público todo lo que tiene solución, y se debe compartir al mundo. Tampoco se trata de un listado de males del mundo y limitaciones humanas, ya que ese listado lo podría llenar cualquiera y seguiría sin decir nada.

Se trata, por el contrario, de ir al fondo del problema y de conocer sus causas, sus fuentes, sus agentes, y de convencer a quien lo merezca, y solo tendrá éxito en quien lo merezca por su amor a la verdad. La exigencia está en la Sagrada Escritura. Dios no puede crear nada imperfecto y seríamos perfectos como obra de sus manos de no ser que, para cada individuo hay un momento, en sus orígenes, en que un elemento ajeno al plan original de Dios interviene para estropear la perfección en que cada alma es creada. Este es el Pecado Original, asunto que hizo casi enmudecer a teólogos y filósofos. Es el tema más importante para el género humano y ciertamente el peor resuelto. Y tan fácil resulta destacar su importancia que, cuando la Enciclopaedia Britannica publico sus Great Books of the Western World, concluyó en su Sintopicon con que no había pensador que hubiera pasado sin tocar el tema del bien y del mal, y tan a fondo como su competencia lo permitía. Este es el tema de nuestra angustia existencial que a veces nos desespera y otras de plano nos esclaviza. En palabras del mismísimo santo de las grandes epístolas "No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero," frase que repite todo adicto con pesar. Frase que complica a un mundo con atómicas.

La solución divina ha sido Cristo. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, y Eva caída y consciente del hecho, hizo de un Adán enamorado la primera gran víctima de una mujer hermosa. Pero el Mayor Enamorado tomó con su omnipotencia la corrección en sí mismo encarnando para que, Dios y hombre a la vez, quedara otra vez divinizado el hombre. Otra vez hubo un hombre divino, pero la humanidad parece más lejos de ser divina hoy que ayer. Para ser reconocido en su Encarnación como el Creador mismo de la primera pareja eligió pasar por la misma humillación. Eva había elegido tener a Satanás serpiente como padre en vez de Dios. No podía haber humillación mayor. Cristo, después de llamar a los judíos "hijos del Diablo por eso queréis matarme" elige darle otra victoria, y estos émulos de Eva le dan la muerte más humillante con lo cual, desde la Cruz nos llama a reconocerle con un "Aquí estoy, tan humillado como en el Jardín del Edén, pero Soy el mismo Dios Creador Omnipotente". Y con su Resurrección que lo comprueba lo aplasta con la más sorprendente victoria concebible.

Para pasar del Único Divinizado a la multitud de la Iglesia nos deja, además de Su Palabra siete sacramentos y el Purgatorio; ya que nada sucio o imperfecto puede entrar en el Reino de los Cielos. Así lo decreta en el Evangelio: "Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es Perfecto". Esta es la importancia de la Iglesia. Esta es la razón del gran combate en ella y por ella. Esta es la razón para luchar por su liberación. Esta guerra es la verdadera madre de todas las guerras, la que conducirá finalmente al Armagedón.

Pero para entender la naturaleza de esa guerra que nos hiere, y de la cual pocos son conscientes es indispensable tomar la lección desde el principio. Satanás envidiaba y odiaba al hombre porque era imagen y semejanza de Dios. Su propósito fue destruir esa imagen y semejanza tan claramente expuesta en Génesis. Y como la imagen está en la inteligencia, embrutecernos fue el primer paso y su primer éxito. Pero su éxito no fue total, de ahí que sin abandonar esa meta que lo obsesiona también nos facilita seguir sus pasos. Cada paso. Cada éxito, hacia el embrutecimiento global.

Sabemos que el engaño, el fraude, es su arma. Y el Apocalipsis lo confirma: "Satanás trae engañado al mundo." El combate, colindando siempre con el derecho penal nos alerta contra el que engañando a otro, o aprovechándose del error en que este se halla saca ventaja. 

La universalidad de este combate se precisa por su extensión actual que, como veremos, por medio de una serie de embrutecimientos de alto renombre histórico llamados Darwin, Marx y Freud, la humanidad ha sido convencida como Eva a cambiar su dignidad de hijos de Dios. Aceptar en sustitución una arbórea abuela peluda no es extraño sustituto para una sierpe enramada; en vez del Reino de Cristo el paraíso del Gulag, y en vez del confesionario y la cruz el diván del siquiatra y la degeneración sexual. Todo esto, por desgracia, con muchos clerigos incluidos.

¿Pero esto se desploma desentrañando los fraudes?

Será una ayuda para todos: y liberación para quien ame la verdad.

Sigamos entonces adelante con la mayor aventura intelectual de todos los tiempos, sigámosle la pista al combate entre el bien y el mal en puntos clave de su devenir histórico, como se proyecta desde Génesis hasta el Apocalipsis. Combate resumido así en las palabras del Señor: 

Jesús les contó otra parábola: "El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras los labradores dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo pues tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo mio ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres que vayamos y la arranquemos? Pero él dijo: No, no sea que al recoger la cizaña arranquen el trigo junto con ella. Dejen que ambos crezcan juntos hasta la cosecha; y al tiempo de la cosecha diré a los segadores: Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, pero el trigo métanlo en mi granero." (Mateo: 13:24-30)

Aquí tenemos el combate en sus grandes lineamientos, la razón de la tolerancia, el sentido del progreso, y el desenlace final.

¡La teología de la historia!

La fuerza para el combate se encuentra en las postrimerías, es el incentivo de los buenos en el que tanto insiste Jesús en el Evangelio.

Sin la Justicia en el más allá, solo queda la prostitución de la misma en el más acá.

Arrebatar el Cielo y el Infierno de la mente de los hombres es la estrategia fundamental para pervertirlos, corromperlos, nulificarlos, y devorarlos.

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8-9)

Así lo enseñaba el primer papa, mientras que, el último 'papa' por el contrario, se relame junto con el león sabiendo que ya, en muy pocos, queda la luz del discernimiento.

Veritas liberabit vos, la verdad os hará libres. (Juan 8:32)

¡QUIEN COMO DIOS!